Rescate de prisioneros.

 

Tras la tensa calma que siguió a la destrucción de la batería Patriot, un silencio preñado de expectación se cernió sobre el bosque. Los soldados rusos supervivientes se reagruparon bajo las órdenes del teniente coronel Zarya, sus rostros sucios y cansados reflejando la amargura de las pérdidas sufridas. El informe era sombrío: un grupo de infantería habia sido hecho prisionero.

Zarya, con la mandíbula apretada, escuchó los recuentos. La rabia por los camaradas caídos se mezclaba con la fría determinación de no abandonar a los que aún vivían. La inteligencia táctica era clara: las fuerzas japonesas se habían atrincherado, aprovechando el terreno boscoso para establecer una posición defensiva sólida alrededor de los prisioneros. Sin embargo, la superioridad numérica rusa era innegable.

"Hemos cumplido el objetivo principal", comenzó Zarya, su voz grave pero firme, dirigiéndose a los comandantes de pelotón reunidos en un claro improvisado. "Pero no dejaremos atrás a nuestros hombres. Su sacrificio no será en vano."

Se desplegó un mapa topográfico rudimentario sobre el suelo. Zarya señaló con un dedo grueso las probables posiciones enemigas y la ubicación estimada de los prisioneros. "Lanzaremos un ataque coordinado. Dos pelotones flanquearán la posición japonesa desde el norte y  dos desde el sur, mientras un tercer pelotón realizará un asalto frontal para fijar su atención."

La tensión era palpable. Todos sabían que sería una lucha encarnizada. Los japoneses habían demostrado ser adversarios feroces y no dudarían en defender a sus prisioneros. Pero la idea de dejar camaradas en manos del enemigo era inaceptable para los endurecidos soldados rusos.

Se distribuyeron municiones frescas y se revisaron las armas. Los rostros, antes marcados por el cansancio, ahora reflejaban una mezcla de aprehensión y resolución. Se intercambiaron miradas silenciosas, un tácito juramento de luchar hasta el final.

Zarya alzó la mano, su mirada recorriendo los rostros de sus hombres. El sol, ahora más alto en el cielo, se filtraba a través del dosel de hojas, iluminando sus siluetas tensas. El aire vibraba con una energía contenida, la calma antes de la tormenta.

"En 15 segundos...", anunció Zarya, su voz ahora un susurro cargado de significado. "...avanzaremos."


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