Hundimiento de Moskvá(II): Naval Command
Empezamos con Naval Combat y la ayuda de Google Maps... y cogiendo parte de las distintas versiones de los hechos, vía twitter o wiki.
Situamos a nuestra batería costera al sur de Odesa y al buque patrullando al sur de la costa.
Los dos misiles se acercaban a baja altitud, desafiando la detección. ¿Funcionaba correctamente el radar del buque? Esa es la pregunta crucial. Suponemos que el Moskva, con su radar activo, finalmente detectó la amenaza a corto alcance. La alarma resonó en el buque, y los sistemas de defensa se activaron al instante.
Dos misiles SA-N-4 'Gecko' fueron lanzados, uno para interceptar cada misil enemigo. Al poco tiempo, los cañones AK-630 CIWS, comenzaron a girar, listos para disparar y formar una cortina de fuego antiaéreo. La tensión era palpable en el puente de mando, mientras la tripulación observaba con atención las pantallas de radar y los sistemas de seguimiento. ¿Serían capaces de interceptar los misiles antes de que alcanzaran su objetivo?
Dos misiles impactaron con precisión, infligiendo dos marcadores de fuego, dos inundaciones y dos daños estructurales al buque. (2 impactos de 3 daños cada uno (5,6,7,7,10,10)) Cada impacto, un golpe devastador, resonó en el interior del barco. La tripulación, consciente de la gravedad de la situación, se movilizó para controlar los daños.
Cada turno, la tripulación se enfrentaría a una prueba crucial: una tirada en la tabla de control de daños. Con un límite de daño estructural de 12, cualquier resultado por debajo de 4 en 1d10 significaba que solo podrían controlar un daño y recibiría más daño por tipo. Un resultado de 9 o 10 les permitiría controlar hasta cuatro daños.
Pero, como sabemos, la suerte no estuvo de su lado. A medida que los daños se acumulaban, la tripulación luchaba por mantener el control. Cada turno, un dado de diez caras decidía su destino. Con cada resultado de 1 por cada daño de fuego o inundación, el destino del buque se sellaba.
La acumulación de daños, la incapacidad de controlarlos, finalmente llevaron al buque a su destino final: el fondo del mar.
Otra pieza clave del rompecabezas fue la 'solución de disparo' de "Vitali". La precisión con la que "apuntó" sus misiles fue crucial para el éxito del ataque. Sin una buena solución de disparo, las probabilidades de hundir el Moskva habrían sido mucho menores. La posible información proporcionada por la OTAN, sin duda, jugó un papel fundamental en este aspecto.
En última instancia, el hundimiento del Moskva fue el resultado de una combinación de factores: el posible fallo de los sistemas de defensa, la precisión del ataque ucraniano y, quizás, un poco de suerte. Pero una cosa es segura: la batalla en el Mar Negro había dejado una marca imborrable.
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