Rumbo al Sur
El júbilo por el Orko caído se extinguió rápidamente al ver la sangre empapando la ropa de Lenin. Kmarx, Fidel y Castro se apresuraron a vendar los numerosos y profundos cortes de Lenin con raciones Imperiales, la supervivencia del líder valiendo más que el botín.
Fue en medio de este frenesí que apareció un nuevo Gretchin. No se arrastró, sino que caminó con una despreocupación inaudita, empuñando un extraña espada. Llevaba a su lado a un diminuto Snolting de un extraño color pálido, que apenas podía seguirle el paso.
El recién llegado, cuyo rostro estaba marcado por una sonrisa demente, se acercó a Lenin y se inclinó dramáticamente.
"¡Atestiguo vuestra bravura, noble jefe! ¡Qué demostración de furia contra esa bestia de colmillo! Yo soy Kixote, y este es mi fiel y práctico amigo, Zpantxa," anunció, señalando al Snolting, que emitió un pequeño y extraño bufido.
Lenin, pálido y vendado, se tensó. "¿Qué... qué quieres? ¿Cómo sabes de esto?"
Kixote ignoró la pregunta, su mirada soñadora. "He visto la señal, la chispa del heroísmo puro. Veréis, noble Lenin, nosotros nos dirigimos al Sur, más allá de la muralla. Allí, al otro lado del desierto de chatarra, es donde están los Campos Verdes, llenos de manjares."
Todos los Gretchins miraron a Kixote atónitos. ¿Campos verdes? ¿Manjares?
"Los Campos Verdes," continuó Kixote con voz reverente, "donde la comida crece libremente, donde no hay patadas Orkas. Es el lugar de la verdadera paz. Yo he ido muchas veces, aunque os aviso que la luz allí es más potente"
El Snolting Zpantxa, con su extraño color, bufó nerviosamente. "Es un viaje largo, jefe. Y, noble caballero, por ahí hay Orkos solitarios y, si tenemos muy mala suerte, algún Ogro grande, hombres con cuernos, y muchos peligros. No estaría mal protegeros si vuestro grupo va hacía allí"
Lenin nunca había oído hablar de ningún "Campo Verde". Para él, el Sur solo significaba una cosa: de ahí venían los humanos.
Pero si los humanos venían del Sur, significaba una ruta. Una idea golpeó su mente herida: una vía de escape y, quizás, una base de operaciones.
"El Sur..." murmuró Lenin, sus ojos rojos pensativos. "Los ataques humanos vienen del Sur. Si lo que dice es cierto, y hay una ruta... podríamos reagruparnos allí. Y si hay manjares... podríamos alimentar a todo un ejército Gretchin."
Lenin miró a sus camaradas.
"Bienvenido Kixote, y tu Snolting Zpantxa," dijo Lenin. "Si nos guías al Sur, puedes tener tu aventura. Pero que sepas que el Komité va a esa dirección, no por la paz, sino para reclutar y prepararse para la guerra."
Ahora que el Komité Gretchin tiene una dirección: ¿Deberían enviar el mensaje vox antes de partir hacia el Sur, o moverse inmediatamente para asegurar la ruta de escape sugerida por Kixote?


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