💥 Asalto al Atardecer

El sol anaranjado del atardecer teñía el horizonte de rojo, proyectando largas sombras sobre los restos de 'Kaptura del Kamino'. Lenin y Kmarx se movían con la cautela de ratas de túnel, el olor a muerte Orka aún fresco en el aire.

Guiados por el rastro, encontraron un pequeño puesto de vigilancia, una avanzada improvisada, donde la luz de un faro solitario empezaba a brillar contra el ocaso. Dos soldados humanos lo custodiaban.

"Mira eso, Kmarx," susurró Lenin, apretando su pistola automática. Sus guantes rojos parecían arder. "Botín. Y venganza para Stalin."


Kmarx asintió, escupiendo un trozo de chatarra. "Demasiado ruidoso, camarada. Pero la paga será buena."

Lenin se movió primero, arrastrándose por la parte trasera del puesto. El primer guardia, apoyado en unas cajas, bostezaba. La pistola automática de Lenin rompió el silencio, seguido por los disparos de Kmarx.  Un disparo seco, un impacto directo en el pecho y el humano se desplomó sin un sonido.

"¡Aquí, ven aquí, tú!" gritó el segundo guardia desde la estructura superior, girando su rifle láser. Una ráfaga de haces rojos silbó, quemando la tierra donde Lenin había estado. Lenin se lanzó a un montón de chapas oxidadas apiladas.

"¡Rodea la posición, Kmarx! ¡Distráele!" gritó Lenin.

Kmarx corrió a gatas por la periferia del puesto mientras el segundo guardia disparaba hacia las chapas de Lenin.

"¡Aquí, hombre grande!" chilló Kmarx, disparándole. 

El guardia se giró, disparando y tirándole al suelo, justo a tiempo para recibir en el pecho el proyectil del stubgun de Lenin, que había flanqueado al humano. El guardia se tambaleó y cayó pesadamente. El silencio regresó. 

"¡El botín! ¡Vamos, Kmarx, vamos!" jadeó Lenin, dirigiéndose hacia la estructura del puesto. Mientras Kmarx se levantaba del suelo. 

Dentro, encontraron:

* Dos fusiles láser 

 * Una caja sellada de raciones.

 * Cartuchos de energía.

 * Y lo mejor: un transmisor vox rudimentario.

"Con esto, Kmarx," dijo Lenin, golpeó el transmisor, "podemos hablar con Gretchins de otros sectores. ¡No somos solo dos! ¡Somos una kombinación!"

Kmarx sonrió, sus ojos reflejaban el brillo verde de la codicia y la esperanza. "¡La revolución está progresando, camarada! ¿Qué hacemos ahora?"

"Ahora, Kmarx, llevamos la buena nueva a los que aún temen a los Orkos. Les enseñaremos que el futuro es verde y pequeño. Y luego... volvemos a por más Garrapatos."

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