Capitulo I: El rescate del Padre Salvador. AAR.
Las tropas de D. Luis avanzaron
rápidamente hacia la vieja misión, debían aprovechar que las tropas inglesas
estaban desorganizadas y sin prestar atención a sus movimientos. Finalmente
había sido capaz de reunir un buen puñado de hombres, entre milicianos,
campesinos y esclavos.
Era necesario encontrar al Padre
Salvador antes que lo encontraran los ingleses, la información que podría
proporcionar sobre el despliegue enemigo podría marcar las acciones a seguir
por las tropas españolas.
Mientras los ingleses se
acercaban con la intención de buscar algo de botín, las tropas españolas fueron
desplegando hábilmente y la batalla dio comienzo pronto.
Cuando los disparos comenzaron a
sonar el grueso de las tropas inglesas estaba más preocupado en buscar cosas de
valor que en formar para el combate. Aunque tampoco estaban teniendo mucho
éxito, los civiles que había en la zona salieron huyendo al verlos llegar, y en
sus registros no estaban encontrando nada de valor.
La borrachera de la noche
anterior estaba pasando factura. Las tropas ligeras que cubrían un flanco, al
ver a los españoles, solo dispararon con la mitad de sus fusiles y abandonaron
su posición para quedar en medio de la nada.
Los españoles empezaron a disparar con todo lo que tenían sobre ellos,
logrando que abandonaran la batalla.
Sir R. Gomis, tomo sin dificultad
la misión, logrando formar a su tropa, que se enfrentaba al grueso de los
españoles.
A su derecha el Sargento Wallace,
logro con grandes apuros mantener la formación mientras avanzaba bajo el fuego
de los milicianos.
El intercambio de fuego, estaba
diezmando a la temible línea inglesa. Superados ampliamente en número y tras
ver como su ala izquierda se esfumaba. Sir R.Gomis, decidió regresar a la
seguridad que le proporcionaba el puerto de San Martín.
Kukumuctu se acercó al viejo
altar, y tras retirar unas maderas levanto una puertecita que los ingleses no
habían sido capaces de encontrar
- Buenos días Padre, no se
preocupe que ya estamos aquí. Su amigo, Don Luis, le espera fuera, usted ya sabes.
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